Durante el verano hubo una tendencia en Tiktok de mujeres que se maquillaban a la perfección antes de irse a su parto o incluso durante el trabajo de parto (pueden buscar “birthing makeup”, “labor makeup” o “delivery makeup” para ver videos). Mi primera reacción al ver esto, fue (perdón el francés) ¿WTF? Yo no me maquillo a diario y para mí no es tema, PERO sí soy muy meticulosa con la ropa que me pongo (podría estar mucho rato hablando sobre mis pañuelos jaja). Desde esa perspectiva, ya no suena tan loco si es que para ti el maquillaje es parte de tu rutina. Si lo haces para eventos bastante menos importantes como una reunión o simplemente en tu día a día, ¿por qué no hacerlo el día que conocerás a tu hijo por primera vez? (Además de que seguramente tendrás fotos que seguirás viendo durante el resto de tu vida).
Es más, viendo algunos videos y buceando un poco en los comentarios, muchas mujeres que habían pasado por esto decían cosas como: “Y por qué no? Maquillar te relaja, te ayuda a desconcentrarse del dolor, creo que es una excelente opción para cuando estás en esas horas interminables de las contracciones buscando ocupar tu mente en otra cosa”. La verdad es que ya me empieza a hacer bastante sentido.
¿Necesitas justificar por qué decidiste maquillarte? ¡No! Haz lo que te plazca, lo que te haga feliz y sentir cómoda. Es posible que la máscara de pestañas se corra y la base se aglomere con la transpiración y el esfuerzo, pero eso no importa. Haz lo que te haga sentir bien contigo misma. Eso sí, si quieres pintarte las uñas, te recomiendo que consultes con tu equipo médico antes, ya que en algunos centros de salud no permiten las uñas pintadas en la sala de parto para poder medir la oxigenación.
Puede sonar superficial pensar en este tipo de detalles, pero nos hace cuestionarnos acerca del rol del autocuidado no sólo durante el parto, sino a lo largo del embarazo y el puerperio. Detalles pequeños pueden jugar un rol invaluable en recordarte quién eres, cuando todo lo que te rodea se siente tan poco tú. Esto no lo digo yo, sino que las investigaciones en bienestar materno demuestran la importancia del autocuidado en la gestación y en el postparto. Este autocuidado va más allá de cubrir sólo tus necesidades físicas, como una necesaria “ducha diaria” en paz, sin llantos fantasmas y sabiendo que tu bebé está tranquilo y cuidado, una alimentación adecuada y la mayor cantidad de sueño posible. El autocuidado también implica cubrir las necesidades emocionales de la madre. Aunque no lo creas, demorarte diez minutos más después de la ducha para hacer una rutina de skincare, ponerte un poco de labial, unos aros o un pañuelo en el cuello, aunque vayas a estar todo el día encerrada en la casa dando pecho puede ser una inversión muy rentable en tu salud mental.
Mirándolo desde la otra vereda, en la era de las redes sociales y la maternidad perfecta de Instagram, la presión por verse linda, flaca, arreglada y con la casa ordenada puede ser un peso más que agregar a tu carga mental que estoy segura que no es poca. Quizás en estos días sentirte tú misma puede ser algo completamente distinto y está bien que tu entorno lo vea así, al desnudo, sin filtro y hermoso.
Lo siento, pero acá no te estoy dando ningún consejo ni respuesta, sino más bien, te quiero dejar con preguntas. Y tú, ¿te sientes tú misma en este embarazo o puerperio? ¿Qué es lo que más extrañas de tu vida pasada? ¿Qué es lo que más te gusta de tu nueva versión? ¿Qué espacios de reconexión te entregas? (Ojo, no quise decir “te regalas”, porque estos espacios son una NECESIDAD, no un capricho).
Con cariño,
Maida de Mi Tribu
Magdalena Ramírez, 35 años, ingeniera comercial, mamá de dos y cofundadora de Mi Tribu.
Referencias y lecturas adicionales: