"Ser abuela se ha convertido en una de las mejores experiencias que he tenido en mi Vida"
Aún recuerdo ese 16 de septiembre a las 04 am cuando mi hija nos avisó que probablemente estaba en trabajo de parto. De la emoción, empecé a ordenar las cosas del departamento donde vivíamos en lugar de tomar las maletas e ir directo a la clínica. Fue algo tan chistoso, que ahora que lo recuerdo, no sé por qué motivo lo hice, pero los nervios y la ansiedad por saber que mi nieta llegaría, nublaron mis sentidos por un momento.
Al tomarla en mis brazos por primera vez sentí dentro de mí un nuevo amor. Un amor muy distinto al que antes había experimentado, uno que no era como el que le tengo a mis hijas, familiares o amigos. Esta vez se trataba de un amor que nacía también desde el sentimiento de la maternidad, de la complicidad y entrega. Fue así como nació en mí el amor de abuela.
Desde ese día entendí tanto a mi mamá, una mujer con un temperamento fuerte, un poco estricta, pero ante mis hijas, era una mujer de corazón noble que simplemente se derretía.
La oportunidad de poder guiar a mi hija durante los primeros días de su bebé fueron claves, aunque debo admitir que después de 26 años transcurridos desde el nacimiento de mi última hija, ya muchas prácticas de crianza se me habían olvidado. Sin embargo, algo instintivo aún quedaba dentro de mí y pude brindarle ese apoyo incondicional que mi hija tanto necesitaba. Fue así como ambas creamos nuestra pequeña Tribu, en donde juntas formamos una red de apoyo para cuidar a la pequeña que teniamos en casa.
Como abuela materna siempre me dio curiosidad saber por qué existía una relación tan estrecha entre la abuela materna y sus nietos, y aunque no conseguí evidencia científica que lo comprobara, me sorprendió mucho encontrar una gran cantidad de artículos en internet en donde hacían referencia a los ovocitos maternos. Según esto, la bebé de una mujer embarazada, lleva dentro de sus ovarios los ovocitos que fecundarán su futura descendencia, y dicho en otras palabras, las abuelas, al estar embarazadas de sus hijas, también gestan los ovocitos que darán vida a sus nietos (1). ¡YO LO ENCONTRÉ ASOMBROSO!
Y así como lo maravilloso del cuerpo humano cada vez nos sorprende, yo también me asombro al ver lo mucho que mi nieta se parece a mí, en su carácter y mañas, porque la genética no falla.
Como abuela, he disfrutado momentos maravillosos, pues tengo la fortuna de vivir cerca de mi nieta. Por eso me siento tan afortunada de verla crecer y de estar a su lado en cada paso que da. Pero, así como comento lo importante que es estar presentes en la vida de nuestros nietos, también tenemos que tener en cuenta que nosotros, los abuelos, solo somos compañeros de crianza pues el rol fundamental lo ejercen los padres. A mí me costó mucho entenderlo, pero ponerlo en práctica fue lo más sensato de mi parte, ya que como abuelos, muchas veces cometemos el error de corregir en vez de consentir cuando nuestros nietos lo necesitan.
Por último, quisiera dejarles una invitación a todos los abuelos y abuelas que me leen: No se pierdan esta oportunidad que nos brinda la vida de compartir con nuestros nietos, a ser cómplices de sus travesuras y vivir con ellos todas sus ocurrencias con alegría. Sean participes de la Tribu protectora que tanto necesitan.
Con cariño, Marianela, Una abuela de Mi Tribu.
Marianela Diaz, esposa, madre de 2 hijas y abuela de Helena.
Referencias y lecturas adicionales:
Weinberg C. R. (2003). Studying parents and grandparents to assess genetic contributions to early-onset disease. American journal of human genetics, 72(2), 438–447. Disponible en: Link.