¿Se puede tener una cesárea humanizada?

Tras meses de embarazo seguramente sentimos felicidad y ansiedad por llegar al parto y conocer al nuevo integrante de la familia. Usualmente estamos llenas de preguntas, ideas y miedos lo que nos empuja a leer e intentar prepararnos para el gran día. 

En los últimos años mucho se ha escrito sobre el parto respetado y humanizado, pero se suele enfocar en el parto vaginal sin considerar que en Latinoamérica y Chile casi uno de cada dos partos son por cesárea [1][2]. ¿Significa esto que en caso de llegar a tener cesárea no podré tener un parto humanizado?

¡Para nada!

Un parto humanizado es el modelo de atención donde la mujer es la protagonista de su proceso y donde se toma en cuenta las opiniones, deseos y necesidades de ella y su familia durante la atención del embarazo, parto y puerperio. Para vivir plenamente este proceso, el plan de parto como preparación es clave [3][4], donde aunque la cesárea no sea nuestro plan A, debiésemos contemplar este escenario.

La cesárea humanizada sigue la misma lógica que el parto humanizado solo que es menos visibilizada y con algunas diferencias. En orden de prioridad, los siguientes puntos deberían estar incluidos:

1. ¿Quién será mi acompañante? El proceso del nacimiento, tanto vaginal como por cesárea, es un momento de vulnerabilidad donde se necesita contención de alguien cercano. Es normal sentir estrés y ansiedad, lo importante es tener compañía y herramientas para manejar estas emociones y sentirse apoyada [5].
2. Contacto Piel a Piel: “Definida como la técnica que consiste en poner al recién nacido en contacto con el pecho y abdomen desnudo de su madre, inmediatamente después del parto, incluso antes de cortar el cordón umbilical y mantenerlo en esa posición el mayor tiempo posible”. Diversos estudios han demostrado su importancia al tener beneficios tanto para la madre como para el recién nacido. Esto es válido tanto para parto vaginal como cesárea [6].
3. Corte tardío del cordón umbilical: Es importante esperar entre 1 a 3 minutos a que el cordón “deje de latir” antes de cortarlo y separar al bebé de su placenta conectada a su madre. Así se ayuda al bebé en la transición hacia el ambiente extrauterino y prevenir riesgos de anemia neonatal [7].
4. Tener luz tenue al momento de la salida del recién nacido. El estímulo de la luz fuerte puede ser muy brusco para la transición del bebé al exterior.
5. Musicoterapia. Prepara una lista de canciones que te relaje en los minutos previos al nacimiento y también a los minutos posteriores de apego. Te recomendamos preguntar previamente si debes llevar parlantes o asegurarte de tener el celular cargado.
6. Lactancia precoz. Es normal no lograrlo inmediatamente, pero se puede intentar si tienes la ayuda necesaria ya que estarás en una posición incómoda y quizás tus manos no estarán del todo libres.
7. Apego en túnel. Consiste en que posterior a la salida del recién nacido del abdomen materno por cesárea, el médico encargado de la cirugía lo deja directamente en el pecho de la madre, hay veces que incluso puede acomodarse la madre para observar la salida de su hijo. Este tipo de apego ayuda a que la transición del recién nacido hacia este nuevo entorno sea más amena y donde el calor de su madre permitirá que no pierda temperatura y se beneficien del contacto piel a piel [6]. A su vez, aumenta la probabilidad de una lactancia precoz exitosa.

Por mi experiencia como matrona intrahospitalaria, atendiendo partos y asistiendo en cesáreas me he dado cuenta lo crítico que es preparar y conversar los temas del plan de parto tanto con los acompañantes como con los equipos de salud. Desde mi perspectiva, el tema del vínculo temprano es de lo más importante y muchas veces veo que como sistema fallamos al separar a la madre del recién nacido inmediatamente post parto, lo que puede llegar a ser traumático.

Justamente el testimonio de mi madre que tuvo tres cesáreas y no tuvo nunca apego temprano a través de contacto piel con piel ni lactancia precoz me motivó a estudiar para ser matrona y cambiar la forma de traer bebés al mundo. Ayer mismo tuve la oportunidad de acompañar y ayudar a Melanie y su pareja en el contacto piel a piel durante la cesárea. En recuperación me comentaron que antes pensaban que el apego y lactancia era sólo post parto vaginal y que estaban muy contentos de haber podido recibir de mejor manera a Rafaella durante su primera hora de vida.

Hoy gracias a la evidencia científica nos damos cuenta de la importancia que tienen acciones tan básicas como el acompañamiento, contacto piel a piel, corte tardío del cordón, luz y música adecuada, lactancia precoz y apego en túnel. Por eso es importante la preparación considerando diferentes escenarios y que lo converses con tu acompañante y equipo médico. Esto puede marcar la diferencia en la creación de un ambiente íntimo y cálido, rodeado de amor para la llegada de este nuevo integrante a tu familia.

Con cariño, Igna de Mi Tribu

María Ignacia Lafuente, matrona clínica, diplomada en perinatología y gestación, y nacimiento humanizado, consejera de lactancia.